A finales del siglo XVI ya existía una organización del encaje como labor remunerada en La Mancha.

Encaje realizado con hilo de lino o algodón destinado a piezas de ajuar o ropa personal. Son típicas las llamadas “aplicaciones” para ser incrustadas en la tela.

Los motivos principales serán hojas lanceoladas, cintas y discos a punto de lienzo.

Su origen se remonta al siglo XV, y desde ese momento tiene una constante evolución hasta el aspecto que hoy conocemos, que es desde finales del siglo XIX.

La actual variante crea una visión más rectangular; se utilizan menos alfileres para lograr una mayor rapidez en su confección, pero le da una apariencia más frágil que en sus inicios.

Los primeros encajes de la segunda mitad del siglo XVII muestran solamente arañas conectadas por trenzas, es decir, una gran simplicidad. En el siglo XVIII ya se han añadido puntos de espíritu y una línea de punto entero que rodea los motivos, y continua su evolución hacía la complejidad de la imagen que ofrece hoy en día.

A partir del siglo XV en la ciudad de Brujas se comienza a crear un encaje propio con una técnica única. 

Sus diseños consisten en hojas, tréboles, ramas formando bucles y curvas y, por supuesto, su típica flor de Brujas.

Es un tipo de encaje “Art Nouveau” procedente de Viena, se le describe como “la última moda en encaje de bolillos”, se inicia en los primeros años del siglo XX.

Se distinguen dos tipos: El más sencillo, ligero, trabajado sólo con tres pares de bolillos girados. Y el de guipur, trabajado con más pares y caracterizado por una gran variedad de rellenos decorativos.

Encaje de cinta original de Eslovenia. Los primeros datos son de 1876.

La forma originaria de este encaje es una cinta ancha trabajada con unos 11 pares de bolillos, pero a partir de la I Guerra Mundial se modifican los diseños para ser más competitivos y producir encaje más barato; dando lugar a una cinta más estrecha trabajada únicamente con 5 pares de bolillos

Trabajado en distintas variantes en Rusia y países del Este. Las primeras muestras son de finales del siglo XVI y comienzos del XVII.

Es otro tipo de encaje de cinta con curvas constantes formando variados diseños, en el que los rellenos de los fondos se realizan a la vez.

Sus orígenes se remontan al siglo XVII, tomando como la mayoría de los encajes, el nombre de la ciudad donde se realiza.

Se trata de un encaje de cinta formado por barras, volutas con diferentes adornos en su interior y gran variedad de rellenos de fondo entre estas barras.

Su diseño hace que sea muy utilizado para hacer figuras humanas, animales; y en sus orígenes escudos de armas.

El encaje que hoy conocemos con este nombre es la evolución del encaje europeo desde el siglo XVI en Dinamarca. Las primeras piezas datan de mediados del siglo XIX y toman el nombre del área donde se producen.

Es una evolución de los diseños del encaje de Lille; con un hilo más grueso para destacar los motivos más tupidos, principalmente florales.

Es un encaje catalán cuyas primeras referencias datan de mediados del siglo XVIII.

Surge de los encajes de blonda (fondos de tul) pero con una tipología local. Trabajados en hilo de lino ó algodón que permite aplicarlo a la indumentaria litúrgica.

Originariamente llamado “Punta de Arenys”.